martes, 30 de octubre de 2012

Por esto estamos como estamos...

Hola a tod@s,

hoy me he encontrado con una noticia que de nuevo me ha provocado un "volcán de mala leche". Mi mala leche cada vez se dirige más hacia los ciudadanos que permanecen impasibles, los que se conforman, los que creen que ya pasará, los que dicen "es que yo de política...". Actitudes como esas son las que permiten que esta estafa se consume, nos gane terreno a todos, cada día un poco más.

Dice el texto de la noticia: "En un encuentro con periodistas durante el congreso de la Organización de Inspectores de Hacienda, Viana señaló que Hacienda enviará a agentes tributarios en negocios y tiendas con deudas fiscales para embargar la caja del día. Ello se realizará en horario comercial y con independencia de que haya clientes en el local. Esta medida se adoptará cuando la Agencia Tributaria no tenga otros mecanismos como el embargo de cuentas o bienes y afectará principalmente a restaurantes, cafeterías, joyerías y tiendas de lujo".

A mi me parece una vergüenza que en un país donde el la mayor parte del fraude fiscal lo comenten las grandes empresas, tal y como vienen denunciando los técnicos de Hacienda, que además denuncian la nula preocupación de los gobiernos por atajar este tema: «El 72% del fraude lo provocan las grandes empresas, pero el 80% de los trabajadores (de Hacienda) se dedican a investigar a ciudadanos medios y pequeñas empresas».

Se estima que el Estado deja de ingresar 44.000 millones de € por este mismo hecho. 

Pero aún así, los gobiernos uno tras otro ignoran deliberadamente dónde está el verdadero agujero y prefieren criminalizar al autónomo o a las PYMES (que por cierto son las que creaban el 90% de empleo en este país antes de la crisis), señalarles como los que causan el problema y ahora enviarles al cobrador del frac del Estado. 

La política de seguir dando como siempre a los de siempre porque mientras, instauraran una amnistía fiscal para grandes defraudadores, para que declaren su dinerito en negro como si no pasase nada (por cierto, un fiasco pues han preferido no pagar nada y seguir como están, ya que no pasa nada).

¿Que por qué van a tener este interés nuestros políticos? Mirad qué sencillo: Hace un año un empleado cabreado tras su despido del banco suizo HSBC publicó listas con personas titulares de cuentas en Suiza y que por tanto evadían impuestos en su país. Entre ellos 569 españoles, como Emilio Botín y familia, y otros grandes nombres de la política y el mundo empresarial. Esto fue publicado por el New York Times el 16 de Junio de 2011.

Claro, ¿cómo vas a perseguirte a tí mismo? Está claro que es de tontos, ¿no?. ¿Cómo quien tiene semejantes intereses va a eliminar los paraísos fiscales para poder así evitar desviación de capitales? Mejor seguimos indultando amiguetes condenados por corruptos (como ha hecho hace nada el Gobierno actual), para que quede claro que no todos somos iguales ante la ley y que la ley solo deben respetarla los que van a manifestaciones y esas cosas de pobres. 

¿Cómo van a perseguir a los bancos que financian a sus partidos? Sobre todo si los bancos pueden perdonar a los partidos deudas de hasta 100.000 € como ha quedado establecido en el BOE del 23 de Octubre que dice: "ninguna entidad de crédito podrá condonar a un partido político más de 100.000 euros al año de deuda". Ni que fuesen tontos ¿verdad?... Mejor amnistiamos banqueros, como el Gobierno de ZP con el condenado Alfredo Sáez, segundo del Santander. Y a los demás ya sabéis: que os jodan.

O mejor seguir fomentando los desahucios, que debe ser que a algunos les parecen muy justos y muy inevitables, seguir vetando a quienes reclaman que se conceda la dación en pago, o el alquiler social, o que se paren los desahucios al menos los de Bankia, ya que ha sido rescatada con el dinero de todos, y todas esas cosas de pobres.
Porque es muy justo que cada día se queden 500 familias en la calle, mientras existen 3 millones de pisos vacíos y mientras los constructores sí tienen dación en pago, claro.
Y es muy justo que te echen de tu casa de toda la vida por deber 6000 €, como le sucedió a una familia de Madrid, y seguro que a miles más, porque un banco no pueda perdonarte esa deuda (claro, con perdonar las de partidos políticos ya tienen suficiente).

¿Pero cómo podemos estar aún tan ciegos, tan impasibles, tan idiotizados? Parecemos robots a los que se ha programado para minimizar la amenaza real que se cierne sobre nuestras cabezas. Hemos pasado unas décadas de relativa paz, en la que las clases trabajadoras creíamos haber conseguido cierto estátus, cierta tranquilidad, cierta evolución. Y mientras nosotros disfrutábamos de esa calma, bajamos la guardia, olvidando que existe un sector de la sociedad minúsculo pero muy poderoso, que lo que quiere es tenernos a la mayoría de rodillas. Esto es tan viejo como el propio hombre.

Estoy leyendo ahora mismo el libro 1984 de George Orwel. Una crítica al totalitarismo, escrita en 1949, por un autor decepcionado con la URSS. Es una fantasía, una exageración, que en determinados momentos me pone la piel de gallina, porque lo que ese hombre imaginó hoy es más real que nunca. Quisiera compartir una pequeña parte aquí:

Sería exagerado afirmar que en toda la historia no ha habido progreso material, pero ninguna reforma ni revolución ha conseguido acercarse ni un milímetro a la igualdad humana. (...)

Cuando aparecieron las grandes máquinas se pensó, lógicamente, que cada vez haría falta menos servidumbre en el trabajo y esto disminuiría la desigualdad. Pero también resultó claro que un aumento de bienestar amenazaba con la destrucción de una sociedad jerárquica.
En un mundo donde todos trabajaran pocas horas, tuvieran bastante para comer, casas cómodas e higiénicas, ... habría desaparecido la forma más obvia y evidente de desigualdad: si la riqueza llegaba a generalizarse no serviría para distinguir a nadie. (...)

Si todos disfrutasen por igual del lujo y el ocio, las grandes masas de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas, empezarían a pensar por sí mismos y si empezasen a reflexionar, se darían cuenta de que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabarían barriéndoles.

A la larga una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y la ignorancia.

Y esto lo escribieron en el 49. Como veis la lucha no ha cambiado, al final estamos enredados en la misma espiral de siempre y en la que los "obreros", las clases humildes, siempre pecamos de lo mismo: nos confiamos en cuanto tenemos un poquito de comodidad y nos olvidamos de lo peligroso que es un enemigo cuya única obsesión es el poder, aunque sea a costa de la moral, la igualdad, la justicia y la vida de la mayoría.

Y por eso estamos como estamos.

Un saludo.

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